Ponte De Acuerdo Con Tu Adversario: ¿qué Significa Esto Para Los Cristianos?.

Una introducción sobre este tema podría comenzar con una breve descripción de la naturaleza de Dios. Dios es amor (1 Juan 4:8). Esto significa que Dios es perfecto en sus atributos de bondad, fidelidad, gracia, misericordia y justicia. Dios es también justo (Deuteronomio 32:4), lo que significa que él administra la justicia de forma ecuánime y sin parcialidad. A partir de estas dos verdades podemos entender lo que se quiere decir cuando se nos instruye a estar de acuerdo con nuestro adversario.

Dios nos llama a estar de acuerdo con nuestro adversario porque quiere que estemos en paz unos con otros. La Palabra de Dios dice: "Buscad la paz, y acechadla" (1 Pedro 3:11). Dios no quiere que vivamos en conflictos ni que tengamos relaciones rotas. Las Escrituras nos enseñan que el camino del cristiano es el de la paz (Santiago 3:17).

La paz es algo que Dios nos da cuando confiamos en Jesús como nuestro Salvador. Romanos 5:1 dice: "Por tanto, habiendo sido Justificados mediante la fe, tenemos Paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo". Aunque estamos en paz con Dios, esto no siempre significa que estamos en paz unos con otros. Es por esto que se nos instruye a estar de acuerdo con nuestro adversario.

Cuando estamos en conflicto con otra persona, debemos buscar resolver el problema de forma amistosa. Mateo 5:25 dice: "Así que, cuando vayas a presentarte ante el tribunal, arregla primero tu cuenta con tu adversario, y después de eso ve y presenta tu caso ante el juez". Nuestro primer paso en cualquier conflicto debe ser tratar de resolverlo directamente con la persona involucrada.

Si esto no es posible, entonces podemos llevar el problema ante una autoridad legítima, como un líder de la iglesia o un juez. La intención de Dios nunca es que el conflicto siga adelante y se convierta en un pleito legal. El propósito de Dios es que podamos resolver el conflicto de forma amistosa, pero si esto no es posible, entonces podemos acudir a una autoridad legítima.

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¿Quién es nuestro adversario?

El apóstol Pedro nos enseña que nuestro adversario el diablo, anda alrededor como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8). Esta imagen nos da una idea de lo peligroso que es el diablo para nosotros los seres humanos. Pero, ¿quién es este diablo que tanto nos amenaza?

La Biblia nos dice que el diablo es un ángel caído del cielo (Isaías 14:12-14; Mateo 25:41). Fue creado por Dios como un ser espiritual perfecto, pero debido a su orgullo y rebelión, fue expulsado del cielo y condenado a vivir eternamente en el lago de fuego (Apocalipsis 20:10).

Desde entonces, el diablo ha estado en guerra contra Dios y Su plan de salvación para la humanidad. Ha sido el responsable de toda maldad y pecado en el mundo, y ahora está decidido a destruir a todos los seres humanos.

Pero Dios no nos ha dejado sin esperanza. A pesar de todos los planes del diablo, Dios ha prometido vencerlo y establecer Su reino eterno de justicia y amor. Y, gracias a Su gran amor, nos ha dado a Jesucristo como nuestro Salvador y Redentor.

En Cristo, Dios nos ha dado la victoria sobre el diablo y todas sus obras. Por medio de la fe en Jesús, podemos resistir al diablo y vencerlo (Santiago 4:7). Y, cuando Cristo venga otra vez, el diablo será definitivamente destruido y no tendrá más poder sobre nosotros.

Así que, aunque el diablo es nuestro adversario, no tenemos por qué temerle. Dios es más poderoso que él, y nos ha dado todo lo necesario para vencerlo. En Cristo, somos más que vencedores, y podemos enfrentarnos al diablo con confianza, sabiendo que Dios está con nosotros y que la victoria es ya nuestra.

¿Por qué tenemos que ponernos de acuerdo con él?

El primer paso para ponernos de acuerdo con Dios es buscarlo. Debemos orar y leer su Palabra, la Biblia. Conocer a Dios y lo que Él quiere para nosotros nos ayudará a seguir sus pasos. Otra forma de ponernos de acuerdo con Dios es ser obedientes. Debemos hacer lo que Él nos dice y no lo que queramos hacer. A veces, esto significa hacer cosas que no son fáciles o populares. También significa dejar nuestro orgullo y egoísmo de lado. En lugar de eso, busquemos actuar con amor, sabiduría y humildad.

¿Cómo podemos lograr este acuerdo?

A fin de lograr un acuerdo, es necesario establecer un diálogo franco y abierto. Si bien puede haber diferencias de opinión, es importante tratar de comprender la perspectiva de la otra persona. La clave para llegar a un acuerdo es la flexibilidad, ya que nadie está en lo cierto todo el tiempo. La capacidad de ceder y aceptar que la otra persona también puede tener un punto de vista legítimo es esencial para lograr un acuerdo.

¿Qué consecuencias tendrá el no ponernos de acuerdo?

Jesús dijo una vez: “Por esto os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” (Marcos 11:24). En otras palabras, si oramos con fe, Dios nos responderá. Dios quiere que le pidamos lo que necesitamos y querremos, pero a veces tenemos dificultades para estar de acuerdo con nuestras parejas sobre lo que debemos pedirle a Dios. Esto es especialmente cierto cuando estamos orando por algo que es muy importante para nosotros, pero no para ellos.

Cuando no estamos de acuerdo en lo que debemos pedirle a Dios, podemos tener dificultades para orar juntos. Esto es a menudo un problema en las relaciones, especialmente en las matrimoniales. Aunque podemos estar de acuerdo en la mayoría de las cosas, siempre habrá algo en lo que no estamos de acuerdo. Y si no aprendemos a lidiar con estos desacuerdos, pueden llegar a ser una gran fuente de estrés y conflictos en nuestras relaciones.

Hay algunas cosas que podemos hacer para tratar de solucionar este problema. En primer lugar, debemos tratar de tener un diálogo abierto y honesto con nuestras parejas sobre lo que necesitamos y queremos. A veces, esto puede ser difícil de hacer, especialmente si no estamos acostumbrados a hablar de nuestras necesidades. Pero si no hablamos de ellas, es muy probable que nuestras parejas no sepan lo que necesitamos y, por lo tanto, no podrán ayudarnos a conseguirlo.

En segundo lugar, debemos tratar de tener un poco de flexibilidad. A veces, es posible que no estemos de acuerdo en todo, pero podemos llegar a un compromiso. Por ejemplo, si estamos orando por una nueva casa, pero nuestras parejas no están de acuerdo, tal vez podamos llegar a un compromiso donde pidamos a Dios que nos dé una casa que sea lo suficientemente grande para los dos. o tal vez podamos pedirle que nos ayude a encontrar una casa que sea perfecta para nosotros.

En tercer lugar, debemos tratar de tener un poco de paciencia. A veces, las cosas toman un poco de tiempo para que sucedan, especialmente cuando se trata de algo tan importante como una oración. Si no recibimos respuesta inmediata a nuestras oraciones, no significa que Dios no nos esté escuchando. Simplemente significa que tal vez necesitemos tener un poco de paciencia y esperar a que Dios responda en su propio tiempo.

Finalmente, debemos tener fe. A veces, es posible que no estemos de acuerdo en lo que debemos pedirle a Dios, pero debemos tener fe de que él nos dará lo que necesitamos. Debemos recordar que Dios siempre tiene un plan para nosotros, y que él sabe lo que es mejor para nosotros. Si confiamos en él y le pedimos que nos guíe, podemos estar seguros de que nos dará lo que necesitamos.

¿Qué significa esto para los cristianos?

Muchos cristianos son llamados a vivir en lugares donde la mayoría de la gente no ha oído hablar de Jesús. Esto puede ser intimidante, pero al mismo tiempo es muy emocionante. Tener la oportunidad de compartir el Evangelio con alguien que nunca lo ha oído es un regalo muy especial.

Pero, ¿qué significa esto para los cristianos? ¿Qué significa evangelizar?

La palabra "evangelio" significa "buena noticia". Y eso es exactamente lo que es: buenas noticias. Es la buena noticia de que Jesús murió para nuestros pecados y resucitó de los muertos. Él es el Salvador, el Hijo de Dios, y hay salvación solo a través de él.

Así que, cuando hablamos de evangelizar, estamos hablando de compartir estas buenas noticias con otros. Estamos tratando de hacerles saber que hay esperanza, que hay salvación, y que todo esto está disponible a través de Jesucristo.

Ahora, ¿qué significa esto para los cristianos? Bueno, significa que tenemos una responsabilidad. Tenemos la responsabilidad de compartir el Evangelio con los demás. No podemos guardarlo para nosotros mismos. No es suficiente solo vivir una buena vida y esperar que la gente descubra a Jesús a través de nosotros. Tenemos que ser activos en nuestro testimonio, en nuestras oraciones, y en nuestras conversaciones. Tenemos que estar dispuestos a hablar de Jesús con los demás, aunque esto signifique salir de nuestra zona de confort.

¿Qué significa esto para los cristianos? Significa que tenemos una gran responsabilidad, pero también significa que tenemos un gran privilegio. Tenemos el privilegio de ser parte de algo mucho más grande que nosotros mismos. Tenemos el privilegio de ser parte de la historia de la salvación. Tenemos el privilegio de ser testigos de cómo Dios está cambiando vidas a través del Evangelio.

Así que, cuando pensamos en esto, ¿qué significa para los cristianos? Significa que tenemos una responsabilidad y un privilegio. Significa que estamos llamados a ser parte de algo mucho más grande que nosotros mismos.

Conclusión

Mt 5:25-26 25 "Deja de lado la idea de presentar tus alegatos ante el tribunal para que el juez te dé la razón, y sal del camino antes de que tu adversario te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al oficial de policía, y este te ponga en prisión. 26 Te aseguro que no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo.

Dejar de lado la idea de presentar tus alegatos ante el tribunal para que el juez te dé la razón, significa aceptar que el otro tiene una perspectiva diferente a la tuya, y tratar de llegar a un acuerdo sin necesidad de un juicio. Sal del camino antes de que tu adversario te arrastre ante el juez, significa no agravar la situación y buscar una solución amistosa. Y el juez te entregue al oficial de policía, y este te ponga en prisión. Te aseguro que no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo. Esto significa que si llegas a un juicio, debes estar preparado para asumir las consecuencias de tus actos.

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